5 de febrero de 2010 - No se presentarán cargos contra dos agentes de policía de Escondido por la muerte de un preso en libertad condicional que estaba drogado con metanfetamina mientras luchaban por detenerlo, anunció el jueves la Oficina del Fiscal de Distrito.
Los agentes Jeffrey Dodds y Guy Yost intentaron detener a Nathan Paul Sanderson, de 53 años y vecino de Escondido, el 21 de septiembre de 2008, por romper una ventana con el puño, conducir de forma errática, intentar llevarse a su padre anciano de un centro de asistencia y activar una alarma de incendios mientras huía de la policía.
Mientras estaba inmovilizado, Sanderson se desmayó. Los agentes intentaron reanimarlo con reanimación cardiopulmonar, pero fue ingresado en un hospital con respiración asistida y murió cuatro días después.
La autopsia determinó que Sanderson murió por falta de sangre y oxígeno en el cerebro a consecuencia de la reanimación cardiopulmonar que se le practicó mientras estaba inmovilizado "por comportamiento agitado y extraño."
La fiscal del distrito Bonnie Dumanis dijo que los agentes no sólo tenían el derecho, sino también el deber de inmovilizar a Sanderson.
En una carta dirigida el 21 de enero al jefe de policía de Escondido, Jim Maher, que se ha hecho pública hoy, Dumanis expone los hechos que condujeron a la muerte de Sanderson.
Dijo que un amigo de Sanderson llamó a la policía sobre las 6:20 p.m. del 21 de septiembre, diciendo que Sanderson, recién salido de prisión, estaba "enloquecido" con metanfetamina. La madre de Sanderson también llamó a la policía, diciendo a los despachadores, "va a lastimar a alguien".
La última llamada a la policía procedía del Life Care Center de Felicita Road, en Escondido, donde el personal dijo que Sanderson había llegado empapado, sangrando y con ganas de llevarse a su anciano padre. Cuando llegaron los agentes, Sanderson activó una alarma de incendios y salió corriendo.
Cuando llegaron Dodds y Yost, sujetaron a Sanderson boca abajo en el suelo y pidieron por radio refuerzos y paramédicos. Se dieron cuenta de que Sanderson no respiraba después de esposarlo, así que empezaron a practicarle la reanimación cardiopulmonar. Los paramédicos llevaron a Sanderson al Palomar Medical Center, donde murió tras cuatro días con respiración asistida. Los análisis de sangre revelaron la presencia de metanfetamina y marihuana en su organismo. Sanderson también tenía hepatitis C, enfermedades hepáticas y pulmonares y podría haber sufrido un ataque al corazón, incluso sin drogas en su sistema, de acuerdo con Dumanis. Los agentes "tenían tanto el deber como la obligación de detener y arrestar" a Sanderson "así como el deber de impedir que se hiciera daño a sí mismo o causara lesiones a sí mismos o a cualquier otra persona", escribió Dumanis.